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Cuando los estudiantes y profesores de Pittsburgh se fueron de retiro a “El Arca y la Paloma” no sabían lo que iba a suceder y de qué manera la Providencia de Dios les tenía preparada una sorpresa que transformaría la vida de la Iglesia.
Cansados y desalentados por los múltiples proyectos de evangelización que al poco tiempo terminaban languideciendo y deseosos de vivir algo distinto, se embarcaron en la aventura conocida después como “El Fin de Semana de Duquesne”.
Se tomaron un fin de semana para meditar y reflexionar sobre los primeros 4 capítulos del Libro de los Hechos de los Apóstoles, pero lo que vivieron nunca pudieron ni siquiera soñarlo. La transformación completa de la vida al ser bautizados en el Espíritu Santo. Además de lo personal también estuvo lo comunitario. El testimonio y el cambio de vida llevó a que en muy poco tiempo esta naciente Corriente de Gracia se convirtiera en un torrente abundante. Tan abundante que 52 años después son más de 120 millones de bautizados que han sido tocados por la Gracia de Dios.
Dios suscitó la RCC porque quería y quiere transformar la vida de los bautizados, de la Iglesia y del mundo entero.
Hoy nosotros, herederos de esos estudiantes y profesores, disfrutamos de ser parte de esta historia. Somos quienes hemos tomado la antorcha para pasarla a las siguientes generaciones. Los que hemos sido llamados por Dios en este aquí y ahora de la Iglesia y el mundo para llevar adelante la misión siempre perenne de evangelizar a todos los hombres de todos los tiempos.
Les propongo algunos desafíos para esta etapa. Creo que sin haberlos olvidado, tal vez no sean los que hoy motiven nuestro accionar cotidiano. A veces se percibe como un estancamiento o debilitamiento de nuestros Grupos de Oración y creo que es porque perdimos de vista los grandes desafíos que hoy tenemos.
Los divido en dos grupos. Uno en cuanto a la conciencia, responsabilidad e identidad de la RCC. Otro, mucho más práctico y cercano y que hace referencia a la vida cotidiana de la RCC. Ambos se complementan. Si no tengo una mirada grande, lo pequeño carece de sentido. Y si no hago lo pequeño, nunca podré lograr lo grande.
Desafíos en cuanto a la Identidad
- ASUMIR EL ROL QUE DIOS Y LA IGLESIA LE ENCOMIENDAN. El Papa Francisco ha insistido en que la RCC tiene un rol esencial en este tiempo concreto de la historia:” El compartir en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo”. Es un llamado fundamental e importantísimo. Somos la herramienta que Dios y la Iglesia quieren usar para llegar al corazón de los hombres de este mundo.
- MADURAR EN LA COMUNIÓN. Especialmente con las demás expresiones de la RCC y con las demás estructuras de la Iglesia. En algunos lugares se percibe una ausencia de la RCC en la pastoral de conjunto de las comunidades y muchas veces una ausencia de diálogo real con las otras expresiones de la RCC como Corriente de Gracia. Es esencial para lograr los objetivos que la Iglesia nos propone el que maduremos en este aspecto. Diálogo sincero, cercanía, servicio desinteresado.
- SANTIDAD. La RCC ha sido llamada por Dios para ser instrumento de conversión de los hombres. La conversión verdadera implica el deseo de la santidad. SER SANTOS es el mandato de Jesús. Y esto es una cosa seria, importante que implica prioridades, actitudes y acciones.
Algunos desafíos de la vida cotidiana
¿LO PENSAMOS?
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Una respuesta a «52 años de Gracia. Una alegría y un desafío»
Buenas tardes, muy buena todas las informaciones! DIOS ES FIEL Y HACE NUEVAS TODAS LAS COSAS! BENDICIONES